Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


lunes, 13 de junio de 2011

POEMAS QUE ATRAVIESAN EL OCÉANO


La imagen es regalo de Miriam...


A Miriam
, porque la entrada de hoy en su blog derivó en esta idea...Y sobre todo por ser espejo que propaga la luz..


Ella moraba junto al mar. En una solitaria casita con el tejado de pizarra. Vivía sin compañía alguna, pero aun así no sabía lo qué era tener miedo, porque cada noche dormía acunada por el sonido de las olas, y entre los protectores brazos del viento. Aquellos eran sus mejores amigos, la única familia que conocía. Y siempre, hasta entonces, había pensado que no necesitaba más….

Una mañana, imponiéndose al bramido de una tormenta, la despertó un golpeteo intermitente, sobre el cristal de su ventana. Se levantó sobresaltada, y corrió a ver qué motivaba aquella perturbación. Al abrir las contras la sorprendió la figura frágil de un pájaro de papel, tembloroso y medio muerto de frío. Lo tomó en sus manos y dejó que se acurrucara entre ellas. Exhalando sobre él su aliento, consiguió que entrara de nuevo en calor. A medida que se recuperaba, el avecilla iba extendiendo sus alas, que hasta ese momento permanecían plegadas. Pronto la chica pudo ver que había algo escrito sobre ellas. Lo leyó y en sus ojos florecieron unas lágrimas. Ella nunca antes había llorado. La chica desconocía que a quien no ama, no le sobreviene el llanto… Recogió con un dedo una de aquellas lágrimas y la llevó a su boca. Su sabor era salado, lo que le hizo estar agradecida, porque tampoco nunca antes había tenido el mar en sus ojos.
Aquel que había venido a su ventana no era otra cosa que un poema, que se había hecho pájaro para atravesar los mares….

A la tarde por fin hubo escampado, y la chica y al pájaro salieron a dar un paseo por la playa. Ella iba descalza, con los cabellos sueltos, y llevaba puesto un vestido rojo. El pájaro volaba sobre sus pasos, de vez en cuando se paraba encima de sus huellas y comenzaba a cantar alegremente. Pero la mayoría de las veces, descendía hasta el hombro de la chica, y posándose sobre él, desplegaba sus alas al sol, para permitir que sus rayos pudiesen pendular sobre los versos escritos en ellas.

A la mañana siguiente llegó otro pájaro. Este venía húmedo de océano y viento. Por lo que el primer pájaro y la chica se esforzaron en hacerle entrar en calor, pues temían que fuese demasiado tarde. Por momentos parecían perder la esperanza, y el primer pájaro recostaba la cabeza sobre su pecho, buscando el latido. Y aunque fugaz y débil, su corazón continuaba sonando, así que agitando rápidamente las alas, la encomendaba para que redoblaran los esfuerzos. La chica buscaba entre todos sus alientos aquellos que le parecían más cálidos, y los proyectaba sobre aquel cuerpecillo de papel, del que parecía haberse ausentado toda vida. Cuando rondaban el mediodía por fin abandonó su rigidez y sus alas comenzaron a desplegarse. La chica pudo al fin leer los versos escritos en ellas. Y una gran sonrisa se posó en su rostro.
El primer pájaro revoloteaba contento, finalmente se acercó al segundo pájaro, y se saludaron juntando sus picos.

Aquella tarde los dos pájaros volaron delante de ella, quien los perseguía pizpireta, a veces corriendo, en ocasiones a saltos. Atravesaban las nubes, dejando en ellas las huellas de sus delicadas formas. Y en los cabellos blancos se quedaban prendidas las letras de los versos de sus alas. Cuando se cansaban volvían junto a la chica, y se apoyaban en cada uno de sus hombros. Entonces ella caminaba despacio, para no enturbiar aquella paz recién recobrada. En ese preciso momento la tarde decidía morir…

En días sucesivos se repitió el mismo ritual. La única diferencia es que dejó de llover, y los pájaros ya no llegaban en estado tan lamentable. Siempre parecían reconocerse, o esperarse…Todos con su correspondiente poema sobre las alas.

Ahora, en sus paseos por la playa la acompañaba una bandada completa de pájaros, que cincelaban el cielo con sus alas. Eran tantos los que dejaban las letras de sus poemas dormidas sobre las nubes, que un buen día llovieron versos sobre la arena. Pero, cada vez con más frecuencia, la chica acababa sus paseos, inmóvil junto a la orilla, con la vista perdida en un punto lejano del océano. Finalmente, en una ocasión preguntó:

-¿Dónde está vuestro lugar de procedencia? ¿Quién es el que os ha enviado junto a mí?

Pero por única respuesta ellos desplegaban sus alas versadas al cielo.

Con el tiempo percibieron que la chica parecía cada vez más melancólica, y ya no corría junto a ellos, sino que se limitaba a mirar al horizonte, dejando que las olas bañaran sus pies descalzos. Los pájaros se entristecían al verla tan nostálgica. Una tarde se miraron los unos a los otros y como quien ejecuta una movimiento marcial, todos a un tiempo se posaron en la espalda de la chica, y sujetándola con sus picos por el vestido rojo, agitaron con fuerza sus alas, hasta que comenzaron a elevarse. Al principio la chica se revolvió nerviosa, al notar como el suelo se esfumaba bajo sus pies, pero pronto se supo segura por encontrarse al cobijo de sus amigos. Intuía que estos, aun a riesgo de perder la vida, nunca la dejarían caer. Viajaron durante días por encima del océano, y las aves comenzaron a dar muestras de fatiga. De vez en cuando alguna corriente de aire compadeciéndose de ellas les decía:

-Frágiles y hermosos pajarillos de papel, que sin duda por amor soportáis una carga demasiada pesada para vuestras alas, dejad que os empuje durante este tramo del camino en el que afortunadamente somos compañeros de viaje.

Y durante parte del trayecto, los pájaros podían descansar y se dejaban conducir plácidamente por la fuerza del viento.

-Tristemente aquí nuestros caminos se bifurcan. Quisiera sosteneros hasta el final de vuestro viaje, pero como viento que soy no tengo más voluntad que la de mi propio corazón, y este me conduce a otra parte…

Entonces los pájaros de papel tenían que continuar con aquella dura tarea que se habían impuesto. La chica no tenía miedo, sólo maldecía a aquella nostalgia que había impulsado a sus amigos a iniciar un vuelo tan peligroso. De vez en cuando, alguna nube también se apiadaba, y mullendo sus carnes, les permitía reposar sobre ella, pero durante ese tiempo la travesía transcurría muy lentamente.

Por fin llegó el día en el que divisaron la costa, y los pájaros junto con la chica comenzaron a descender. Ya algunos eran apenas capaces de agitar sus alas, así que los que aun tenían arrestos de energía redoblaron su esfuerzo para impedir que su preciosa carga se precipitase bruscamente hacia el suelo. La chica pudo ver la línea de la costa, sinuosa, como la espalda de una mujer. Las lenguas del mar saboreando la arena. Los bancos de peces como diminutas y plateadas sombras moviéndose al unísono, obedeciendo las órdenes de un cerebro común. Ya apenas estaban a unos metros del suelo, cuando las aves sintieron como se quebraban sus alas y lo único que pudieron hacer fue echar una última ojeada para calcular la distancia y comprobar con alivio que la chica no se haría daño, y que estaba definitivamente a salvo. Ella sintió brevemente el vértigo y la velocidad de la caída. De inmediato fue la arena entrándole en la boca, en los ojos, en las veniales heridas que su abrieron en su cuerpo al golpearse. A continuación un ruido sordo, mate, apenas perceptible, que se repetía una y otra vez. Se volvió lentamente, presa de un doloroso presentimiento. Y al erguir la cabeza inevitablemente se encontró con los cuerpos exánimes, de los pájaros de papel, descansando al fin sobre la playa. Estuvo tratando de reanimarlos, uno a uno, hasta que terminó por rendirse. Ya no había rastro de los versos que alguien, en un tiempo no muy lejano, había escrito sobre sus alas. Durante horas permaneció en silencio, encogida, con el rostro cubierto de lágrimas, parecía que el mar ya no quería abandonar sus ojos. Sólo hasta que escuchó un sonido de pasos sobre la arena consiguió apartar la mirada de los aquellos cuerpos inermes.

-¿Quién eres? ¿Por qué lloras?-dijo una voz de hombre

-Ya no recuerdo quien soy-respondió la chica con voz entrecortada-Lo único que tengo claro es el motivo por el que lloro. Mis lágrimas se vierten sobre estos pájaros de papel que hace tiempo se acercaron a agitar los versos de sus alas junto a mi ventana. Y por fin, gracias a ellos, conocí qué es aquello que llaman amor….¿Y tú, quien eres?-dijo volviendo su rostro hacia él.

-Yo sólo soy el poeta-contestó- Y también hace algún tiempo que las olas del mar-quienes son incapaces de ocultar un secreto-me contaron que al otro lado del océano vivía una chica solitaria, que no conocía lo que era el amor. Aquello me puso muy triste, porque la misión del poeta es llevar el amor a todos los rincones del mundo. Por todo esto cada día di vida con mis versos a un pájaro de papel ,al que enviaba a surcar los mares para que buscase a esa chica, con el fin de dejar un poso de amor en su corazón. Comenzaba a preocuparme porque ninguno de los pájaros había regresado. Temía que no hubiesen llevado a cabo su misión.

-Ah!- se sorprendió la chica- ¿Entonces eran tus versos los que mis amigos portaban en las alas?

-Sí, y como puedo comprobar cumplieron su cometido con total satisfacción. Tus ojos están llenos de amor, por lo que su muerte no habrá sido en vano.

-Pero yo siento un agujero aquí en el pecho, que sólo el agitarse de sus alas podría llenar-contestó la chica tristemente. –Murieron por mí. Porque yo quise atravesar el océano, para encontrarte...

-Has de saber, muchacha, que la poesía nunca muere. Que siempre habrá un verso que llene el hueco que otro verso deja al aniquilarse. Que la poesía está en el movimiento de los árboles, y en el rayo de sol que se aplasta contra el mar. Que pueden extinguirse todos los poetas, pero siempre habrá poesía, al menos hasta que no se seque la última gota de amor en el corazón del último hombre, o siempre que haya un espejo para propagar la luz. ¿Ves?-entonces cogió una pluma y un tintero que llevaba en su bolso y tomando uno de los pájaros de papel que reposaba yermo sobre la arena, comenzó a escribir en él. De inmediato la vida regresó a aquel cuerpo que comenzó a revolotear alrededor de la chica. Casualmente el pájaro escogido era el primero que había llegado hasta su ventana, y los ojos de la chica comenzaron a resplandecer con nuevas lágrimas, en las que el poeta reconoció un matiz muy distinto. Por lo que decidió hacer una excepción y reescribir todos los versos que alguna vez había escrito sobre el cuerpo de aquellos pájaros, con el único fin de aquella desconocida chica supiera lo que era el amor.

Así que, uno por uno, ante aquellos ojos, los devolvió a la vida.

28 comentarios:

Darío dijo...

Cuánto poder tiene un poema, cuántos muros es capaz de derribar y océanos desandar. A veces, uno pierde la noción sobre el verdadero poder del poema, yo diría, del lenguaje.
En este escrito-poema subyacen unas cuantas teorías, de manera que es un meta-poema. Y hermosísimo.
Me encanta eso de que el poema es eterno, a pesar de que los poetas son mortales. Sobre todo, porque me hace pensar en algo que me fascina: la tradición oral. Aún sin escritura, han llegado hasta nosotros bellísimos poemas de tiempos inmemoriales, como pájaros que atraviesan el océano del tiempo.
La dedicatoria es delicada y precisa. Alguien que colecciona poemas como tesoros, o que cuida de ellos como si fuesen pájaros afectados por la lluvia o el viento, es también un poco poeta, aunque ella prefiera excusarse. Una divina protectora de pájaros poemas.
Este poema también habla de amor. No debe pasar inadvertido. Para mi el nacimiento de un poema ya es un acto de amor, y por eso, considero que poema y amor están indisolublemente unidos en ese proceso de Emisor-mensaje-receptor, más aplicable sería Poeta-poema-Chica, y aún más hondo, como un dulce cuchillo que penetra en el corazón Amante-Amor-Amante.
No sé si me hice bolas, pero es que...el texto te mueve algo muy adentro. Beso.

vera eikon dijo...

Darío, es curioso el modo en el que suceden las cosas cuando se escribe. Esta mañana leí el poema que publicó Emma, y de pronto me sobrevino la imagen de una chica que tenía un racimo de pájaros (así como si fuera un globo de pájaros), que acababan elevándola en su vuelo. Imaginé que atravesaba océanos y montañas, para encontrarse con alguien. Un ser al que amaba y al que quizás no sabía que amaba... Un poeta.Y comencé a escribir con ese pájaro golpeando la ventana entre mis dedos. Me acordé entonces del último poema de Rayuela, del poema escrito en una mano, y sostuve esa imagen a mi modo, y con mis palabras. Me resulta increíble el modo en que los otros me enriquecen... Y no sé, se dice que escribir es una labor solitaria, y si bien, escribo en soledad, lo hago acompañada de muchas voces y de muchas personas. Porque creo firmemente que escribir es un acto de amor. Porque estoy convencida de que siento más amor desde que visito vuestras casas. Y me vuelvo irremediablemente cursi... Pero también sé que hay otra que soy yo, que mientras escribo, trabaja para la historia. Y este relato que nació en el blog de Emma (razón de más para la dedicatoria...),acabó de algún modo por convertirse en Emma. Podía haber derivado en otra cosa, pero no....
Me encanta esta disección que haces (aunque yo me haya limitado a explicarte mi proceso....). Es iluminatoria.
Beso

Carmela dijo...

Solo dos palabras Vera: me encanta!!
Sabes?, al principio tontamente no asocié a Emma con Miriam, (un despiste), pero según te iba leyendo, la empecé a ver, en cada línea aparecía más clara y nítida.
Es precioso lo que has escrito, por la hermosura de las palabras en sí perfectamente enlazadas, como por el cariño que se desprenden de ella. Que hermoso.
Un beso

vera eikon dijo...

Me alegra que la vieras, Carmela. Creo que todos tenemos una concepción de Emma, que ella misma no imagina. Y su casa es esa ribera en la que a todos nos gusta recalar. Para mí el mundo-blog sería muy distinto sin su casa, porque,entre otras cosas, allí es donde os encontré a la mayoría de todos vosotros....
Besos

Rocío dijo...

"Has de saber, muchacha, que la poesía nunca muere".

Jooooooo yo también quiero escribir así de bonito, Veraaaa. Me ha gustado un montón y sobre todo lo que más me gusta es que sea para Miriam.

*_____*

vera eikon dijo...

Tú ya escribes muy, muy bonito, Rocío. Pero a mí siempre me ocurre que al leer los otros pienso "como me gustaría cincelar las frases así...", supongo que en cierto modo es lo que nos hace evolucionar. Y la verdad es que sí, Emma es inspiradora para todos nosotros.
Besitos

EG dijo...

Sé que hay que aprender a recibir, no sé cómo agradecer tan hermoso relato-cuento-"metapoema". Es infinitamente HERMOSO!!!
No sé qué hacer! si salir corriendo y atravesar el océano atlántico para ir a abrazarte o cerrar la computadora porque estoy que no me lo creo de la chochura que tengo!!! GRACIAS VERA!!! =)))

Laiseca Estévez dijo...

QUÉ BONITO QUE LOS PÁJAROS ATRAVIESEN CONTINENTES,LLEVANDO ESCRITAS EN SUS ALAS LA POESIA...
un beso para Miriam, y otro para ti, por ese precioso texto.

Fackel dijo...

El cuadro de Sierra, ¿es casual o conoces su obra? No es frecuente ver obra de este pintor con raíces en Babia y hábitat en Valladolid...

vera eikon dijo...

Emma, ojalah pudiéramos atravesar los océanos según nuestros antojos, pero en su defecto la única opción que tenemos es crear puentes con nuestras palabras. Curiosamente lo que escribimos, o los poemas que escojemos dan una imagen más precisa de nosotros mismos que la que puedan tener formadas en su mente personas a las que frecuentamos en nuestra realidad física. Al menos es lo que siento respecto a ti, y a muchas de las personas que suelen frecuentar esta, y por supuesto tu casa.
Abrazos

vera eikon dijo...

Gracias Lai, la verdad es que me gusta esa idea, que no deja de ser una metáfora de la capacidad del lenguaje poético para traspasar fronteras. El blog de Emma lo vivimos cada día. Poetas de las más diversas nacionalidades y culturas, a las que, a pesar de las diferencias, no dejamos de sentir cercanas.
Apertas fortes para ti e Óscar

vera eikon dijo...

La verdad Fackel, que fue casualidad. La imagen encajaba con lo que andaba buscando.
Un abrazo

Malena dijo...

Yo creo que todos los que visitamos a Emma/Miriam, Miriam/Emma, sabemos que es ella la que hace volar todas las palomas de papel y poesía.

Her-mo-sí-si-mo. (Así, cortadito, para que quede claro).

Un beso a ambas.

anamaría hurtado dijo...

Conmueve lo que escribes, de una manera entrañable me tocan tus imágenes, creer en el vuelo de la palabra , en la capacidad de engendrar amor en la mirada del lector. Cuando pienso en Cortázar, por ej,sus palabras vuelan, niegan tiempo y espacio y se expanden en mi corazón, y allí mismo lo amo.Y no hay muerte, como tan bien lo dibujas con tus pájaros de papel. Se ama tanto el alma que vive en las palabras, cuando no son cascarones huecos, se ama al que vive y viaja en ellas, sin tiempo ni espacio. Es bello que se tenga el don de recibir y que florezcan mares en los ojos
Gracias Vera por tus imágenes
un gran abrazo sin MAR de por medio
anamaría

vera eikon dijo...

Tienes toda la razón Malena. Disfrutamos tanto con esos pájaros que ella hace volar....
Bicos

vera eikon dijo...

Es muy hermoso esto que dices Ana María. Para mí las palabras son las grandes seductoras, porque sé que hay ciertas voces que no conocen límites. Que hay seres que son prestidigitadores de palabras (como nuestro amor común Julio), que las desmigajan y las dotan de una nueva consistencia ante los ojos del lector. Que construyen con ellas imágenes más contundentes que las propias imágenes, porque rompen las barreras de los conceptos, para instalarse directamente en nuestro corazón, del mismo modo que sucede en la música, de entre todas las artes la que más se sustrae a la conceptualización del espectador. Y por eso creo que la música es la más libre, porque reside en la naturaleza de las cosas, en el viento, el mar, las hojas de los árboles... Y desde hace tiempo siento que todas las artes aspiran a ser música (o al menos a liberarse como esta). Y sí, existen ciertos seres privilegiados que hacen música de la palabra...Porque es la musicalidad de un texto la que hace que nos ahoguemos en él, como en una marea.
Un abrazo enorme, y sí, los océanos no son obstáculos

vera eikon dijo...

Oye Ana, ¿cómo puedo entrar en tu blog...?

En mi propia tinta dijo...

Vera,me encantó este relato divinamente narrado y repleto de imágenes.
Bellísimo.
Besos de mar.

anamaría hurtado dijo...

Mi blog no existe!!!!
me siento absolutamente incapaz para tener uno.
Me encantó lo que dices de la música, totalmente de acuerdo, reside en todo, la misma respiración, el aliento o el llanto, lo dijiste muy bien
otro abrazo enorme penetrado de música

vera eikon dijo...

Quería leerlo,pero bueno, tus comentarios compensan....Le acabas de dar un bello matiz a lo que dije de la música.
Un abrazo en clave de sol!!!

José Antonio Fernández dijo...

Como bien dice Miriam, has escrito un megapoema. Se nota mucho sentimiento y mucha poesía en lo que escribes.
Un abrazo y que siga esa sintonía.

vera eikon dijo...

Me alegra que te gustara Lobamarino, quizás transmita lo mucho que disfruté escribiéndolo.
Bicos de marusía (que es la hermosa palabra que en galego designa la marejada)

vera eikon dijo...

Muchas gracias José Antonio. Un abrazo!!!

EG dijo...

Vera es la locura que maneja esta batuta! Todos locos, todos juntos caminando por un mar de palabras, escribiendo poemas, leyéndolos, buscando significados a la vida, vislumbrando amores, AMOR, empatías, sonrisas cómplices, AMIGOS.
Pienso, mientras escribo, en la vida real, en nuestra vida cotidiana, trabajamos, cumplimos, cuidamos, nos enojamos, amamos, dejamos y nos dejan. Sin embargo nos hemos reunido acá, en este espacio que puede ser muy frío, y sólo recibo calor, cariño, respeto. No me creo merecedora de tanto, pero lo acepto gustosa!!! Los necesito, porque los quiero. Otra vez, gracias! (y pasemos a otro poema!!!) =)

vera eikon dijo...

Nada que agradecer, Emma. Es impagable toda aquella gente que agita tu corazón y tu cerebro. Y yo disfruté mucho escribiéndolo. Me encanta pensar que en mi escritura participa más gente que yo misma. Y he recibido de todos ustedes mucho más de lo que hubiera esperado. Así que tienes razón...pasemos a otro poema!!!
Un abrazo enormísimo

Viento y Lluvia dijo...

No conozco,a Enmma ni su casa,ni a ti...pero espero esta noche poder soñar con una bella historia como esta en la que el amor, que va impreso en la poesía viaja escrito en pájaros de papel.Gracias por compartirlo.Saludos de una nueva lectora.

vera eikon dijo...

Gracias Viento y Lluvia. Espero que hayas conseguido tener ese sueño. Sería muy bonito poder provocar ensueños en los que nos leen (por lo menos yo creo que la culpa de mis sueños más queridos la tienen unos cuantos escritores). Te dejo aquí la dirección de casa Emma, por si gustas de leer poesía, porque creo que es una parada imprescindible...http://emmagunst.blogspot.com/
Un abrazo

Viento y Lluvia dijo...

Mentiría si te dijese que he tenido un sueño maravilloso,pero la verdad es que no lo recuerdo porque la serenidad que despertó en mi hizo que durmiese tranquila como hacia tiempo que no dormía... Te sigo leyendo y en cada escrito me sorprendes.Gracias por el link, estoy engachada. Te devuelvo el abrazo.