Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


viernes, 22 de julio de 2011

INFECCIÓN

"Hamaca" Rafael Alonso




Sufrió un colapso. Sus familiares de inmediato la llevaron al hospital. Mientras, ella, en un estado de semiinconsciencia y delirio, tuvo una iluminación. “La vida no es más que aire. Aire que se escapa”- pensó al sentir cómo éste, poco a poco, huía de sus pulmones. Podía precisar cómo se iban secando dentro de su caja torácica. “La vida no es más que agua. Nadie sabe hacia dónde fluye…”-pensó después. Se le ocurrió que cuando acabaran por secarse, serían como un pellejo, quizás sólo una costra abandonada entre las costillas. Pero, afortunadamente, llegó un médico joven que le practicó una incisión en el cuello, y lo penetró con un tubito para que el aire retornara a su cuerpo, y con él la vida. Al examinarla el médico concluyó que tenía algo que le atoraba la garganta. Cogió un artilugio metálico en forma de pinza y con cuidado extrajo un cuerpecillo negro, que no paraba de moverse, y revolverse, como si fuera un parásito de escurridizas patas. El médico, henchido, lo mostró como si fuera un premio, o una medalla. Sus familiares se miraron horrorizados. Aquello era nada más y nada menos que un “TE QUIERO”. Así, en letras mayúsculas. Y era de uno de esos especímenes de “TE QUIERO” más rabiosos. De los que no paran de agitarse y abrir la boca.  De aquellos cuya sola mordedura es infecciosa, y se pasan el día hablando con aquel tono de voz tan empalagoso, que convierte las estrellas en simple azúcar. Pero enseguida el médico tuvo que dejar a su presa sobre la bandeja, porque ya por la boca asomaban las patas de nuevos ejemplares....

En algún momento de aquel proceso de extracción, entre “TE QUIERO” y “TE QUIERO” sus familiares perdieron la cuenta. Parecería que tenía el cuerpo a punto de reventar de tantos “TE QUIERO”. En realidad el médico dictaminó que había sido un auténtico milagro que no explosionara. Aquellos “TE QUIERO” eran pura dinamita. Permanecería unos días en observación para investigar el origen de tan curiosa infección.

Se quedó de mala gana. Para ella estaba claro el origen de aquella enfermedad, pero no le apeteció decir nada ante sus familiares. Sin duda aquellos eran los “TE QUIERO” que se le habían quedado dentro, cuando ya no pudo decírselos a él, porque se había ido. En un principio, se encerró en su casa de lágrimas, y pensó que su corazón se anegaba de odio. Pero con el tiempo, sintió como el amor retornaba. Como regresaban los recuerdos desterrados. Como su nombre se rehacía en su boca. Como su dedo daba empujoncitos al balancín de su sonrisa. Y entonces fue cuando el primer “TE QUIERO”, le floreció en el velo del paladar. Le pareció un acto inútil declamarlo contra las paredes. Pensó en zambullirlo en la bañera, y empujarlo hasta el fondo para que se ahogara. Pero era de esas mujeres que no reniegan del amor, aun en la ausencia del ser amado. Por lo que con el tiempo su cuerpo fue invadido por un ejército de “TE QUIERO”. Eran tan revoltosos, y montaban tanto barullo que no la dejaban descansar por las noches. En algunas ocasiones se apiadaban de ella. De las ojeras en las órbitas de sus ojos. De los bostezos deshilachados en su boca.... Entonces con voz melodiosa la acunaban, cantándole una nana en pos del sueño. Y se dormía soñando con el amor perdido, que ahora tenía el rostro de la niebla…..Como en ese mismo momento, sobre la cama del hospital.

Esa noche, por algún descuido, la puerta del laboratorio había quedado abierta. Circunstancia que aquellos “TE QUIERO”, que descansaban panza arriba sobre la bandeja, aprovecharon para huir de él. Al principio lo hicieron en fila india, pero, haciendo honor a su fama de indisciplinados, los “TE QUIERO” pronto rompieron la formación y se desperdigaron aleatoriamente por el hospital. Como tenían la costumbre de meter la nariz en todo, entraron en las habitaciones en las que dormían los enfermos. 

Uno de los “TE QUIERO” se posó sobre la frente de un niño, que dormía inquieto porque al día siguiente lo iban a operar. Y entre sueños pudo sentirlo como el beso tranquilizador de su madre. 

Otro voló hasta los labios de una mujer mayor, enferma de alzheimer. Por un momento en un destello regresó a ella el recuerdo luminoso de un amor de juventud. 

Un hombre, que afrontaba pacientemente las horas previas a  su muerte, recibió un par de ellos sobre sus manos ya exánimes. En su estado de inconsciencia fueron para él el consolador perdón de aquella hija con la que llevaba tantos años sin hablarse. 

Dos enfermeras que se amaban en secreto, sin atreverse a admitirlo, los sintieron rebotando en sus oídos. Creyendo cada una que aquella era la confesión de la otra, acabaron fundiéndose en un acalorado y apasionado primer beso. 

Aquella noche en aquel hospital, por extraño que pueda parecer, se dio la singular circunstancia de que Eros doblegó a Tánatos. Lástima que la chica permanecía dormida, sin conocer el milagro al que había dado origen. Ignorando que, finalmente, un "TE QUIERO" nunca se dice en vano.

18 comentarios:

Aka dijo...

Precioso texto Vera, me ha gustado mucho el giro al final cuando los TE QUIERO huérfanos finalmente consiguen llegar a buen puerto. Habría que hacer una redistribución de los TE QUIERO del mundo para que unos no se atragantasen mientras otros sufren carencias.
No deja de sorprenderme la imaginación de tus letras!
beso

vera eikon dijo...

Aka, sostengo lo de la redistribución de los TE QUIERO. También aquí queda patente el desequilibrio de este mundo. A unos les sobran y a otros les faltan. Y en cuanto a mi imaginación, es que creo que últimamente no paro de delirar. Al escribir creo que he abierto la Caja de Pandora.
Besos

Aka dijo...

Pues no dejes de delirar. Y espero que no se vacíe la caja de Pandora, que no paran de salir cosas buenas.

vera eikon dijo...

Graciñas, Aka. Bico

Darío dijo...

Hoy leo en lo de Nina que el amor es un proceso y que el corazón ha de estar abierto para eso, tu escrito es la praxis del amor.

çç dijo...

Harto sabido es que suelen dormir panza arriba y no gustan de baños.

Errata y errata dijo...

Una historia hermosísima, al mejor estilo Cortázar. Me inundó de luz. Realmente bello, Vera, en prefecta armonía con todos mis sentidos. Maravilloso.

EG dijo...

el cuerpo habla por nosotros...cuando la voz no sale, cuando no decimos lo que nos pasa...es precioso este relato Vera. Me lo morfé. Me quedó un TE QUIERO atravesado en la lengua.
Abrazo

El hombre de Alabama dijo...

Amor, M.D.

anamaría hurtado dijo...

los TE QUIERO han llegado a estas tierras, empapados de mares, te envío bandadas con ansias de crecer y multiplicarse.

Tiernísimo el relato, para encontrar la voz

bicos bicos
anamaría

vera eikon dijo...

Y a mí que no me apetece nada escribir sobre el amor, Darío, y finalmente es lo único que sale. Y tengo otra historia en mi cabeza, que surgió a la par que esta...¿a qué no adivinas de que trata? Por cierto que me gustó mucho esa entrada de Nina.

vera eikon dijo...

No vaya a ser que les ocurra como a los gremlins, hermanito......

vera eikon dijo...

Uy! Maia, esa comparación es de las que me rinden....Me alegra que te haya gustado. Bico

vera eikon dijo...

Esos " TE QUIERO" hay que sacarlos Emma. No deberíamos pasar un día sin decir te quiero. Aunque sea al gato a nuestra portera. Besos

vera eikon dijo...

Sí, M.D., Alabama

vera eikon dijo...

Sí Ana, de eso se trata. De encontrar la voz....Bicos!!!!

Crista de Arco dijo...

Esto parecería ser un aliciente para que yo diga "Te quiero" a aquél que quiero y nunca se lo digo.

Un beso o 2 #

vera eikon dijo...

Pues ánimo Eleanor. Simpre es buen día para empezar. Bico