Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


lunes, 1 de agosto de 2011

PASADO-PRESENTE-FUTURO


Joven mujer escribiendo (Pompeya)






I
Quisiera construir un poema
tan delicado
como el oblicuo parpadeo
sobre el verdor irisado
de aquellos ojos que amé
cuando era joven

II
Quisiera bordar versos
sobre el telar de la tarde
con la espuma
que cae de nuestros sexos
Y poner a navegar en su corriente
dos barquitos de papel
como dos cuerpos
que juntos
se dejan ir a la deriva

III
Quisiera esculpir sinalefas
tan redondas
como  la curvatura de esa boca
que jamás he de besar
Estrofas tan abruptas
como mordiscos
concretándose en la nada de sus labios

Y fabricar con ellas un cuerpo de palabras
tan compacto
que derribe los muros
que de él me separan
Y se deslice bajo sus sábanas
mientras él duerme

Cuerpo de palabras
que regresará a mí
con la lección de su tacto aprendida,
con la cartografía de sus países trazada
con la fragancia de su piel adherida

Y por fin dejaré de sentir
que de entre los tres
es el único forjado en hipótesis
Tan solo un hombre inventado

IV
El primer poema tendrá el cuerpo delicado de la nostalgia
El segundo poema tendrá el cuerpo rotundo del amor
Pero  para el tercero solo tengo un aullido de loba en la noche

Y eso no es un cuerpo
Apenas alcanza para un verso….


21 comentarios:

Aka dijo...

El sonido llega mucho más lejos que los cuerpos, quizás no tengan su consistencia ni su presencia, pero tienen la gran cualidad de sortear obstáculos, de propagarse indefinidamente en el espacio y el tiempo. Un aullido lanzado a la noche, allí se queda, buscando al receptor.

besos

EG dijo...

un aullido de loba en la noche...un sollozo...una voz...un dolor

Abrazo

Crista de Arco dijo...

Alcanza mucho más que un simple verso. Es tu poesía la que aúlla.

Un beso o 2 #

El hombre de Alabama dijo...

Releerlos varias veces, que es lo que he hecho, tiene premio. Un premio interiorista, pero premio. Buen trabajo.

Anónimo dijo...

Me gusta, muy orgánico. En ese aullidos hay eco de cuerpo. Ese tercer poema del futuro seguro que dará para muchos versos. Suerte y besos

çç dijo...

Un verso... es escuchar abriéndote con el cincel pero desde adentro, tallando al escultor rompiendo el mármol ...

Has encontrado la veta y construiste un poema sin romper tan magnífico destino, me subyaga esa libertad hermanita.

vera eikon dijo...

Me gusta esa imagen del aullido errante, gravitando en la noche, esperando al oído en el que ha de caer, Aka. Muy visual. Es de esos comentarios que acaban por explotarme en las manos. Besos

vera eikon dijo...

Sí, Emma, todas esas cosas...Siempre me ha atraído esa relación de los lobos con la luna. Como esa otra de los girasoles con el sol. Sólo que los girasoles no aullan. Bueno, hay unos que sí, los girasoles de Van Gogh (yo creo que aullan, que gimen, que sufren...)Un abrazo, querida.

vera eikon dijo...

Versos aulladores...No estaría mal Eleanor. Bico grande!!!

vera eikon dijo...

Gracias Hombre de Alabama. Realmente me halaga que los hayas releído. Bico

vera eikon dijo...

Jojoaquin, todo aquello que de muchos versos, jamás será en vano. Me quedo con lo de "orgánico". Suerte para ti también. Biquiños.

vera eikon dijo...

Comienzo a pensar que eso es la poesía, un movimiento, un desgarro interior. Y también es algo que requiere un tempo, una pausa. Tan similar en todo a la música. Poner amor en cada golpe del cincel...Bico irmanciño

Luis (Flamel) dijo...

Ya lo llevo leyendo por tercera vez y es como si fuera la primera...se descubre algo en cada lectura.
Muy bueno!!!!

Saludos

Malena dijo...

Poemas necesarios.
Los tres, que hay poemas de un verso.

Errata y errata dijo...

Hermoso. Beso,

vera eikon dijo...

Gracias Flamel. Un abrazo!!!

vera eikon dijo...

Eso es verdad, Malena. Admiro a esa gente capaz de hacer un poema casi con media palabra...Un beso

vera eikon dijo...

Bico, Maia

Darío dijo...

El aullido de una loba alcanza para mucho. Si viene de tus entrañas, es mucho más que un verso, o una estrofa.

vera eikon dijo...

Ahora que lo dices, me parece que el aullido de un lobo ha de ser el canto de amor más primitivo y salvaje. No le concede espacio ni a la belleza, ni al deleite, sólo al sentimiento y al desgarro. Qué sonido más bello que aquel que, inarticulado, dice más que cualquiera de los poemas que hayan escrito hombres y mujeres. Entiendo así, que para decir lo que quiero he de reducirme a loba. Mientras tanto trataré de decirlo con las entrañas. Porque sí, yo soy una mujer de entrañas. En eso me parezco a las lobas. Quizás por eso mismo me atraigan...

anamaría hurtado dijo...

el del aullido es el mayor de los poemas, la entraña horadada y que horada con la voz que aún escapa a la palabra, el antes del principio en que el verbo se hace carne, en el aullido la carne es el puro poema sin el filo disecante del verbo

bicos y aullidos