Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


lunes, 31 de octubre de 2011

PARADOJA DE PROMETEO

Imagen: Marcela Bolívar




En días como hoy
me siento
enteramente expuesta,
todas las entrañas al aire
El águila de la vida
viene
y apoyándose gozosa
sobre una de mis ramas
picotea entre ellas
Poco importa,
pues es bien hermoso
su plumaje



11 comentarios:

Aka dijo...

La fortaleza que da saberse expuesto cuando no tememos que la vida nos golpee. Que la vida y nuestras entrañas forman parte del mismo juego, y solo es posible formar parte de la vida así, todo y que sus picotazos duelan en ocasiones.
besos Vera!

vera eikon dijo...

La verdad, Aka, es que yo no soy persona de mucho protegerme, y mis mecanismos de defensa son bastante básicos, o sea que a estas alturas, de poco servirían...Pero el caso, es que hay días(como hoy) que me siento a flor de piel, como si la vida estuviera pegada a mi carne. Y aunque esto me deja especialmente cansada(y en cierto modo el cansancio es muy parecido al dolor...), ni siquiera me lo cuestiono. Sólo tengo ganas de echarme a la calle....Mil besos, Aka

Darío dijo...

Me encanta el final. Prometeo ha aceptado su condena, que en cierta forma es premio a su arrojo...

Eleanor Smith # dijo...

No hay nada más bello que plumas hermosas.

A mí me gustan mucho las plumas. De hecho, tengo varios accesorios hechos de plumas.

un beso o 2 #

El hombre de Alabama dijo...

Ah, si lo viera la señora Metea.

Juan Ojeda dijo...

Es bello el plumaje de lo esencial, con o sin sangre, (dicen que sarna con gusto no pica),

Me gustó el poema, un abrazo.

çç dijo...

No te lo pierdas, cuando leí esto, sentí al señor descendiendo desesposándome del mundo de Hello Kitty. Ay, me encantaría ser mujer para poder perder la amenorrea al leerte. Sólo puedo decir que me gustó, pero como estoy esperando a alguien, te diré, que das picotazos tiernos. Por favor!! No seas tan dulce, me haces acordar a mi poetisa favorita, pero no me acuerdo de su nombre, así que no diré quien es. No hay nada más bello, que el vello. Me haces acordar igualito, a los cisnes y al lago del tiempo perplejo que no pude salvar en mi niñez. Ay, ternura gris y agitada. Desfallezco, inconcluso en mi imaginación, quiero fabricar un relato con un gran giro final, oh! Si es giro.. ¿es final? Ya ves, me planteas dudas de género particular. Seré idiota? Perdón por el mal vocabulario. Creo que voy a hacer una red de idiotas para sentirme coagulado y niñez a la vez. Las artes optan a la musa, la música, en la “Optica” de Euclides.. miro en mi “cosmopòlitan” los principios generales de la perspectiva estaban ya descritos desde la edad media, pero.. oh, los mitos griegos… qué bonitos, prueban que si miras algo que deslumbra y luego cierras los ojos, las imágenes están dentro irremediablemente, y claro, oh la poesía. Se interpone entre nuestra fragilidad y la durez de la inteligencia, solapamos los conceptos con la abstracción y viene a la mente el huevo frito, el elucubrar de la gallinácea tan esencial… Bueno, llaman a la puerta. Siento hacer perder tu tiempo. Seguiré su blog con satisfacción, me voy a depilar.

Luis (Flamel) dijo...

me ha fascinado tanta honestidad brutal (al decir de Calamaro)y tanta transparencia.

Te estoy leyendo.

besos desde Montevideo

Axis dijo...

Y mientras el bello plumaje nos deja como anarcotizados, el picoteador saborea...

Bico!!

silvia zappia dijo...

vaya paradoja!
recompensa por el arrojo?
vale el arrojo el picoteo del águila?

besitos*

El Poeta Maldito dijo...

Esos dolores dulces, aún con la conciencia de las consecuencias. Honestidad poética.