Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


jueves, 19 de enero de 2012

EL PEZ

Imagen Sophie Thouvenin





Por momentos
me siento un pez
viviendo en la cárcel líquida
de su pecera
al que una mano frenética
arroja sin preaviso al mar
El pánico
Él vértigo
El temblor
Dislocarse las branquias
en la caída
Atesorar
cada gota de la libertad del océano
una vez de vuelta a mi prisión de cristal



26 comentarios:

Maruja dijo...

Es bien cierto, a veces nos sentimos como el pez atrapados sin poder salir del laberinto en que estamos metidos. Que tengas un buen día. Un saludo Maruja.

EG dijo...

Ahí está el tema de la libertad y/o la prisión en las relaciones...es muy interesante Vera. Un abrazo

Darío dijo...

Estoy pensando que todos quieren ser peces en peceras, me están convenciendo...

vera eikon dijo...

Sí, sólo a veces, como por milagro, salimos, Maruja. Un abrazo!!!

vera eikon dijo...

La verdad es que lo escribí dejándome llevar por una sensación, pero sin profundizar mucho en el significado. Lo bueno que tiene que te lean, y que opinen, es que la gente te da nuevas perspectivas sobre lo escrito, arrojan una nueva luz. Un abrazo (enorme!!!)

vera eikon dijo...

¿Y tú? ¿qué quieres, Joven llamado Cuervo? No sé, a veces pienso que es equivocado creernos distintos. Que nuestra distinción se basa en una visión poetizada de nosotros mismos. Pero creo que en un sentido último-y siempre desde mi percepción, que tampoco es más válida que las demás-el poema no habla de eso-o al menos es lo que me ha parecido después de leerte. Me refiero que más bien veo esa pecera como nuestra individualidad, y el océano sería la otredad, un lugar al que muy pocas veces caemos, a veces lo hacemos en aras de la belleza, otras en aras del amor. No sé, supongo que todas esas experiencias que provocan una apertura fortuita al mundo. Algo que no puedo concebir como un estado permanente, porque inevitablemente retornamos a la prisión de nuestra persona. No sé, creo que me estoy complicando yo solita. Lo dejo....Besito

Darío dijo...

Tal vez tengas razón, y el mar sea una cárcel. Beso.

vera eikon dijo...

???????. Yo no he dicho eso, querido. Lo he dicho al revés. El mar sería precisamente cuando las puertas de nuestra individualidad se abren al mundo y a la vida. Pero por desgracia me temo que ese no es un estado permanente. Al final, siempre regresamos a la cárcel que somos. No creo conocer a nadie que no lo haya hecho.....Besos

Darío dijo...

Ya sé que no lo dijiste, lo dije yo: irremediablemente, pecera y mar, son cárceles de diferente dimensión. Pero mejor, dejar de embolarse y volver a nadar...

vera eikon dijo...

Tienes razón, mejor dejar de embolarse...

El Poeta Maldito dijo...

Qué decir, no? Espectacular, todo, poema formidable, simple, reondo y profundo.

De lo mejor.

vera eikon dijo...

Gracias Poeta Maldito. Cuánto me alegra que te guste!!! Bico...

Unknown dijo...

Muy ingenioso tu poema.
Besos.

silvia zappia dijo...

dónde está la libertad?
prisión de cristal, pero prisión...
eso es amor?
o es la vida?


bello, vera
besos*

vera eikon dijo...

Gracias, M. Flores. Un beso

vera eikon dijo...

Cuando uno profundiza un poco en temas como estos, Silvia, es cuando comienza a sentirse más dentro de la prisión(o esa es la sensación que me da a mí). Pero quizás es la primera impresión, y quizás haya que profundizar más para aspirar un poco de libertad...Bicos!!!

Darío dijo...

Quizá mi primer comentario no fue pertinente, en tanto y en cuanto, veía al pez en relación con "otro", pero pensando que pecera y mar, sólo son dimensiones de uno mismo, encierro y libertad, cárcel y espacio, vine a leerlo de otra forma, es decir, cabeza abajo patas arriba. Besho

vera eikon dijo...

Bueno, realmente sí es pertinente que uno haga el poema suyo, que lo lleve a su terreno(bueno, quizás pertinente no sea la palabra, pero tampoco está de más). Cuando escribo, lo que quiero decir tampoco está estructurado en mi cabeza. En realidad en mí predomina el instinto, como una cierta animalidad en relación a la palabra. Pero mi sensación íntima era que este poema hablaba más bien del temblor, cuando uno es caída en el mundo, en la naturaleza, en el otro. Eso que a veces ocurre(y aquí hablo de mí, no puedo hablar por los demás), cuando yo digo que me "siento llena de vientos". Está claro que la apertura sólo tiene lugar desde uno mismo, desde nuestros sentidos y nuestro corazón. Pero también es cierto que la mayor del tiempo estos permanecen inhibidos. Hasta ese momento en el que algo los despierta....Usted siempre es encantador, amigo. Besho

Axis dijo...

Mi cárcel no es líquida,
ojalá lo fuera, al menos me sentiría ondulando plácida mientras me imagino nadar por otras aguas...
Aunque la prisión no sea placentera, es inevitable parece.

Besitos querida :)

Axis dijo...

Algo más mi adorable Vera,
decirte que todo lo que has estado escribiendo me ha conmovido y regocijado, que por ahí me falta la inspiración para encontrar las palabras que te lleguen...
Pero hoy... hoy te daría un gran abrazo y me quedaría abrazada a vos,

Bicos, y sí,
días así,
y bué!
je

Juan A. dijo...

Pero, vuelves?

Crista de Arco dijo...

Nademos. Seamos libres ~

Un beso o 2 #

Blue dijo...

Eso pasa por mirar tanto de cerca. Si miráramos a lo lejos ni veríamos el cristal.
¿Me habré liado yo ahora, Vera?
;-)
Bicos.

çç dijo...

Me voy a dormir, no sin antes reflexionar en aquello de meter el océano en una gota.

el maquinista ciego dijo...

...es curioso cómo en el amor, somos nosotros mismos los que convertimos el mar o en infinito espacio abierto por el que transcurrir acompañados, meciéndonos y sacudiéndonos al ritmo de las corrientes que con ese otro ser provocamos, o en una cárcel líquida, de cristal, aparentemente invisible, pero que encierra a la perfección.......supongo que todo depende de la personalidad de cada amante, de su tendencia natural a la libertad o la esclavitud.......aunque, como siempre, en cuanto al amor, he de decir que sigo sin tener nada claro más allá de que cuando es que Sí, es que Sí!

Un beso enorme, Vera, y no te aburras tanto!! (jeje, es que leí también el de arriba, pero quería venir a éste...y al de abajo...y al de abajo....como buceando...;))

Amanecer Nocturno dijo...

Me he sentido pez tantas veces, que para mí esa transformación llegó a copar casi toda mi vida. Pero gracias al esfuerzo y empeño que le puse, logré escapar al mal, y confío en que jamás vuelvan a pescarme.

Un beso.
Me ha encantado tu blog.
:)