Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


lunes, 21 de mayo de 2012

ESTAMPA DE LLUVIA

Imagen sustraída de la red. Desconozco autor. 



He de ser yo, pero hoy llueve puro amor en las calles. Hace calor y el cielo nos sonríe gotas frescas sobre la cara. Me regenero victoriosa como la flor a la que le faltaba un milímetro de sequedad para mustiarse.  De igual modo mis labios inánimes recuperan el color a cada pincelada de tu saliva. A veces parece que vivimos en un mundo de ocres, o de grises, y existen casos de personas que se constituyen en un mundo de sepias. No hay cosa que me cause mayor melancolía que la gente sepia.  Y es curioso, porque de vez en cuando me planteo si la gente sepia en realidad lamentará su situación. Seguramente el hecho de mencionarles esa tristeza que me invade al verles despertaría su hilaridad, y quizás alguna que otra impertinencia. Pero cuando me los encuentro yo sólo deseo que caiga una lluvia como esta de hoy y les dé brillo con su vivo barniz. Del mismo modo tonto con el que acostumbro a dejar caer alguna pregunta de la que no busco respuesta, te cuestiono: ¿qué es lo que la gente teme del agua? Para quitarles el miedo podría escribir que cuando llueve los árboles del cielo se despojan de sus hojas. Gritar que cada charco es la piel del firmamento que se escama. O definir las gotas que golpean el cristal como la luz de las estrellas lejanas, condensada y líquida. Las veo brillar sobre tu pelo y es como si te hubiese coronado una galaxia. A veces también me gusta pensar que esta lluvia que cae llegó hasta mí atravesando océanos, y tiene su origen en lugares lejanos. Quizás esta lluvia que me moja es la misma que hace un tiempo despertó de su sueño a las flores rezagadas en el balcón de mi amiga. O si me apuras quizás es la misma que hace unos días se deslizaba por la nuca del hombre del sueño, y en este preciso momento sobre mi piel prolonga una caricia que se augura más allá del tiempo y de la distancia. Lo que quiero decir-si es que quiero decir algo, porque sencillamente lo único que estoy haciendo es tirar y tirar de uno de esos hilos que a veces cuelgan del aire-es que esta lluvia es puro amor, y que bajo sus húmedas enaguas se circunscriben de igual modo árboles, hombres, gatos y mares.  Y ante mis ojos y en ella veo renovarse ese mundo que a veces es ocre, otras gris, y, lamentablemente, de vez en cuando sepia. Y como por milagro todo es de un intenso y vívido color lluvia. Y, de un modo extraño, todo “es” más…

15 comentarios:

Axis dijo...

Empapada de tu amor en forma de lluvia me siento! En Bs As llueve, ví por la ventana a mis plantas gotear, imagino tantas gotas caer por allí y ese posterior arco iris!
Estoy segura de que ese recorrido existe, atraviesa océanos, países, provincias, balcones, personas...y sin dudas que acaricia, de una manera tan amorosa y sensacional!

Biquiños querida,
me diste esa ternura que necesitaba en esta mañana...

vera eikon dijo...

Ay, es curioso querida, a veces pienso que debes tener lo natural para hacerme feliz. Y de repente me digo, ¿seré yo una de tus flores? Una de carne, y con una extraña tendencia al delirio, pero de todos modos me ha gustado pensarme así...Y ahora pienso que en el solo acto de abrirme yo te hago feliz a ti. Así que ambas nos hacemos felices en nuestra natural reciprocidad. Otro de mis delirios ¿no?
Y que sepas que la idea del arco iris de tu balcón está rondándome la cabeza últimamente. Pero creo que si sigo escribiéndote cosas acabaremos por desatar todas las lenguas(sobre todo una viperina, que ahora esconde su verdadera naturaleza bajo su plumaje...jeje. Bueno, ya sabes que esto lo digo con mucho cariño..)
Bicos querida. Me hace feliz hacerte feliz....

Darío dijo...

Ay querida, querida, cuánto nos rejuvenece la lluvia o la saliva...si un hombre pudo ver por el escupitajo de Jesús, cuánto más resucitarás ante el mojado beso del amado, o amada...
Un abrazo.

vera eikon dijo...

Ay, Cansancio querido, me había despistado el cambio de personalidad pero tendría que haberte reconocido en tus palabras. Y ahora me dejas pensando en esos besos resucitadores vengan del amado o de la amada, y en un texto que una vez escribí acerca de las nubes, y la lluvia como una comunicación secreta entre amantes, y en una fantasía que tenía de adolescente, y de que entre tus múltiples personalidades echo de menos la presencia de Edmundo(so much).
Que estés bien. Abrazos

Noelia Palma dijo...

todo es "es" más...
todo es más intenso si llueve
y todo es más intenso si ve mira intenso

te abrazo amiga

vera eikon dijo...

Es tan importante mirar, Noe. A veces me temo que paso ciega por los días. Y de repente me percato de toda la luz que puede anidar en mis ojos, y me lamente de que no siempre sea así....Me dejo envolver por tu abrazo, te siento..

La sonrisa de Hiperion dijo...

Todo acaba siendo más, sobre todo cuando deja buen sabor de boca...

Saludos y buena tarde.

Gil dijo...

Me gusta la lluvia, mirarle caer y acumularse entre los huecos de las piedras, y me pregunto por que perdemos ese habito natural de ser felices mientras nos empapamos de ella, y del amor...

Besos y se feliz!

Anónimo dijo...

qué cantidad de bellas y relajadas reflexiones brotan como renuevos, en las ideas, con la lluvia en primavera

besos

Sinuhé dijo...

Siempre tuve la sensación de que en los días grises de lluvia podía disfrutar mejor de mi soledad, como si esa cerrazón del cielo me camuflara y me permitiera lograr un estado más íntimo.
Desde chico acepté mi naturaleza de hombre gris, consciente solamente de algunos de los aspectos negativos que esto conlleva. Uno de los cuales es justamente la tendencia a recelar de lluvias con esas propiedades que describís. Otra manía de los hombres grises es imaginar posibles realidades y dejar pasar el momento propicio para llevarlas a su concreción.
Sin embargo, últimamente, me vengo despojando de capas grises, una tras otra. Supongo que ahí radica la ventaja que tenemos con respecto a la gente que habita en los mundos sepias; tenemos oportunidad de cambiar de color, aunque el esfuerzo no garantice éxitos.
Y, dado que necesito el paladar fresco para degustar un poco la vida, tendré que caminar otras calles para ver si encuentro es lluvia que te llueve. Veremos qué pasa.

Saludos, Vera!

Carmela dijo...

"Uno de esos hilos que cuelgan del aire". Y yo te digo que hay que tener sensibilidad y ternura, para percatarse de esos hilos y poder tirar de ellos y crear maravillas de texto como éste.
Un verdadero placer leerte Vera.
Besos

Aka dijo...

Qué bonito lo de llueve amor, ahí me he enganchado y ya no he podido dejar de leer hasta el final. Llueve amor porque observas, aprecias el caer de la lluvia y dejas perder por los instantes... esa es una parte de amor, sorprenderse con la vida, con los momentos, dejarse llevar por ellos, por las gotas que caen del cielo y ver donde nos llevan.
El mundo sepia tiene sus atractivos, pero no es más que un mal viraje de los verdaderos colores, una buena lluvia de amor seguro que puede repintar con colores esas vidas...
Besos sin lluvia (por fin, aquí no suele ser cálida :))

Amanecer Nocturno dijo...

"A veces también me gusta pensar que esta lluvia que cae llegó hasta mí atravesando océanos, y tiene su origen en lugares lejanos."

Siempre hacía eso de pequeña, me pasaba horas creando lugares en los que podía haber nacido la lluvia y el camino que habría hecho para llegar hasta mi calle o mi ciudad. Perdí la costumbre con los años, quizás vuelva a hacerlo invadida por la melancolía de tu texto. O por la morriña :)

Un beso, Vera.

silvia zappia dijo...

"llueve, mira cómo llueve", dice julio...

abrazos*

alba dijo...

Vengo de tu lluvia a la mía y... sonrío. Puro amor es este homenaje que tú le hs brindado al agua y a la vida. Puro amor, que se dice pronto pero... ¡tela! Yo muchas vecs me había hecho la misma pregunta. Hoy en tus palabras he encontrado la respuesta. Lo que tememos del agua es eso tan extraño que tú cuentas, que todo, absolutamente todo, "sea" más.
Un abrazo.