Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


martes, 25 de septiembre de 2012

SOBRE TANTOS POETAS QUE CONOZCO








El poeta subió a un árbol 
atándose con la cuerda de un verso
a una de sus ramas
y la intención de que en su pecho
creciese un pulmón de lluvia
-sueño de pájaros entre sus cabellos-
Alguien vino y lo llamó loco
pero no se dolió el poeta
pues por fin algo sabía
acerca de lo infranqueable de aquel azul
sobre su cabeza

El poeta hizo un cuenco con sus manos
para darle piel
a un extraviado rayo de sol
Alguien vino y lo llamó indigente
tampoco se dolió en esta ocasión el poeta
pues ahora podría postular
acerca de la caridad de las sombras

El poeta se sentó sobre una piedra
cuando ya un nuevo día sesgaba la noche
Había recorrido un largo camino
alentado por su deseo de pronunciar el alba
Una niña de niebla
vino hasta él
y nada dijo
Antes de irse
depositó sobre la intemperie de su frente
el amparo de un beso
Llegado fue el momento en el que se dolió el poeta
pues comprendió que en ponerle voz
a aquel gesto de silencio
habría de gastar
hasta la última de sus palabras

19 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

En ocasiones, al poeta le hace falta el silencio, el barbecho de donde surgirán nuevas palabras.
Un abrazo, Vera.

Juan A. dijo...

Creo que la poesía es una alquimia dolorosa. A veces, es el único camino para que el alba se consume.

Bisous.

Darío dijo...

Aunque hay poetas y poetas, claro...éste me parece el Mesías de la poesía, y su cruz es el agotamiento de la palabra.
Un abrazo.

Garriga dijo...

y si, como siempre, palabra fue la ultima palabra

Sarco Lange dijo...

Una niña de niebla, un espectro que llora como si fuese la niña-viuda del viento.

alba dijo...

Leyéndote, he recordado estas palabras de Bolaño: "Un poeta lo puede soportar todo. Lo que equivale a decir que un hombre lo puede soportar todo. Pero no es verdad: son pocas las cosas que un hombre puede soportar. Soportar de verdad. Un poeta, en cambio, lo puede soportar todo. Con esta convicción crecimos. El primer enunciado es cierto, pero conduce a la ruina, a la locura, a la muerte." Te digo eso y que el final de tu poema (ponerle voz a aquel gesto de silencio...) me ha hecho sentir un temblor, no sé si en la boca o en los oídos.
Un abrazo, linda.

Axis dijo...

Suspiros ante el poeta...
un beso que lo alcanze y lo abrigue.

Y tantos a vos, que te hagan sonreír y jugar conmigo!

;)

Lila Biscia dijo...

vera, flotas y nos haces flotar con tus poesías.
gracias.

beso enorme

Leo Mercado dijo...

No quiero hablar del texto: quiero hablar de tu dulzura.
Puedo?

Sinuhé dijo...

Otra vez te subiste al árbol donde crecen las palabras y devoraste a hurtadillas su fruto para saciar el hambre de los sin palabras.

Betina Z dijo...

Es tan hermoso lo que escribiste que no quiero agregar una palabra más.
Pero digo de nuevo: hermoso.

Amanecer Nocturno dijo...

Tú logras poner palabras al silencio con una habilidad pasmosa.
No dejes de hacerlo nunca, Vera.

Un beso enorme!

David Mariné dijo...

Vera este poema es exquisito y me da la sensación que no te lo están reconociendo. es una preciosidad enhorabuena de verdad. un fuerte abrazo y bicos desde, ya en breve, el extranjero.

EG dijo...

FELIZ CUMPLEAÑOS!!! perdoname Vera!!!

bixen dijo...

Es genial. Es tan bueno, que hasta que no he leído el penúltimo comentario, ni dudé que era de algún conocido. Es el segundo día que lo leo y me pierdo; no por no saber volver, sino porque quiero.
Leerlo es como cuando me montaba en la montaña rusa, acababa y corría otra vez a la cola.
No me gustan los finales felices, me gustan los finales que acaban bien!

EMILIANO dijo...

"hasta la última de sus palabras"

sí.

silvia zappia dijo...

agotar la palabra, hasta parir pájaros


abrazo, vera*

batalla de papel dijo...

Que hermosa manera la tuya de arrancarle palabras al silencio.
Un abrazo

FRANCISCO PINZÓN BEDOYA dijo...

Hermoso el embeleso que causan tus palabras