Hoy no escribo poemas
me recluyo en mis cloacas, camino
con mi inmundicia subiendo desde las rodillas, en simpáticas
olas,
hasta el sexo
- tu inmundicia también-
erijo un altar a mi condición de mujer que arrastra el
vientre
con lo recaudado por la leprosa que para mí postula,
llevo el sexo apretado como a planta carnívora.
paseo por los suburbios al pulso de la mano que niega el
pan,
dentro de mi oído un pájaro silba una elegía,
moscas anidando el párpado anticipan el cuerpo corrupto y
ciego que seré,
doy cuerda al reloj de mi tiempo prestado.
amo la caligrafía torpe de mi padre
más que a mi padre,
mientras duermo
el brazo de mi hombre blande la espada que me asesina,
el brazo de mi hombre blande la espada que me asesina,
bajo mi jardín tengo enterrado el último hueso de un amor
con el que mis dientes se entretienen las tardes de hambruna.
mas nadie nos enseñó a no ahogarnos en la sed.
20 comentarios:
Todo es poesía, además de la que me llena, pero esto:
bajo mi jardín tengo enterrado el último hueso de un amor
con el que mis dientes se entretienen las tardes de hambruna.
Nos enseñaron a no ahogarnos en el agua,
mas nadie nos enseñó a no ahogarnos en la sed.
maravilla :-) besazo
Pues sí. Nada más que añadir.
brutal Vera, me encanta
A la puta madre Vera!
Pues coincido con Sandra: los cuatro últimos versos me encantaron, tuve que leerlos una y otra vez, y muy especialmente "bajo mi jardín tengo enterrado el último hueso de un amor". Veo ahí una novela entera.
Bicos, Vera.
Siempre es un gusto volver por tus huellas y... beber de tu sed
Un abrazo
no sé si es pesimismo, certeza o tozudez, pero creo firmemente que nunca aprenderemos a no ahogarnos en la sed.
te imagino escribiendo este poema en un vendaval de ardor.
besazos, linda.
OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
Uno de los mejores poemas que he leído en mi vida, Hermidalonga.
Así de simple.
Suena a poema caníbal, y ningún caníbal se ahoga en la sed. Sólo nosotros, los buenos señores...
Poemazo, Vera. Un abrazo.
Estoy un poco obsesionada con el "hueso", últimamente Sandra. Canina o más bien, lobuna...Bico linda!
Sí, Jesús. Abrazo.
Gracias miss...tengo problemillas cada vez que entro a tu blog desde el trabajo, y en casa tengo averiada internet, a ver si la arreglo de una vez y puedo leerte...bicos
Sarco!
Pues será cosa de darle vueltas, Blue. Porque esta es para mí una imagen recurrente, quizás me esté pidiendo algo más....Mañá Feira Franca, quizáis esta vez...
Gracias Francisco por estar. Un abrazo!!
Aunque a veces el poema es el madero que nos sostiene, ruliña. Y sí, ardor, e ir deshojando poemas de Nikola Madzirov junto a un pajarito del Levante....Bico, rula, ou paporrubio, ou anduriña...o que lle preste ao vento..
Qué locura Mercado, en la versión más humana de sí mismo...Que me va a hacer sonrojar!!!
Se me ocurre, Darío, que escribir poemas(o algo que pretenda serlo) tiene algo de canibalismo. Como un ir mordiéndose a una misma, cada poro, cada ramita, cada espasmo. Hasta que sólo le quede a una la boca, pero no ese lugar hecho de mucosa, lengua, dientes y labio, sino sólo ese agujerito, la redondez, el hueco de la sonrisa y el habla, el espacio preciso para amarnos...El caso es que la idea del título me estuvo acuciando toda la semana, y al final tuve que hallarle un lugar para que me dejara en paz....Abrazo.
Hermoso poema Vera. Me recreo en las imágenes trasmiten dolor y belleza.
También me pregunto por qué nadie nos enseño a no ahogarnos en la sed.
Un abrazo
Vera, al final te robé los dos versos sin permiso. Es que ese hueso...
;-)
Bicos.
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