a tientas voy
como el nacido en carestía de sí mismo
como la espera abandonada de su objeto
así el amor
animal lamiéndose su hambre
mano apretada en torno a su indigencia
el silencio en la diáspora de ser nombrado
cuánto hay de ala en el vuelo
cuánto de viento
cuánto de fulgor
en la ceguera
18 comentarios:
Leo caminos sin sentido
Leo oquedades que no cesan
y en el inetrín... un gritO de SOS
tú dices "el silencio en la diáspora de ser nombrado". yo leo tu poema y pienso en la pregunta en la diáspora de ser contestada. en esa huida. por eso, quizás, no sabemos nunca decirnos cuánto de ala ni cuánto de viento, porque quizás ni siquiera deseamos saber. ¿los primeros instantes de nuestra vida no son ciegos? ¿vivir es prorrogar esa ceguera que, en la estampida, brinda la ausencia de respuestas? si este poema no tiene título, quizás, me digo, es porque ha comprendido que vivir y amar son gestos que acontecen innombrables, que nunca estaremos listos para poder verlos del todo.
qué ganas tenía de decirte esto: un abrazo, miña brisa.
Un SOS gritado entre náufragos, Francisco. Un abrazo y un enorme gracias por estar...
Qué bueno eso, Alba, esa pregunta en la diáspora de ser contestada. Creo que lo has entendido mejor que yo misma...jajaja...Es que tanto la esencia de la vida como la del amor es curiosamente su propia negación. La vida lleva explícita la no vida, y el amor se sustenta de su hambre, precisamente...Como si la paradoja fuera la verdadera naturaleza de toda esta locura...Qué ledicia escoitarte dicir miña brisa...miña ruliña...<3
Así el amor, que paradójicamente sí, se lame el hambre pero se sustenta a si mismo. Buenísimo. Un abrazo.
Como una extraordinaria criatura mitológica cuyo sustento es el propio mito....Abrazo, Darío.
¿Por qué Vera?...
Ese fulgor es justamente el que lo ciega, Vera. El que lo ciega y el que le da la luz. Me alegra muchísimo tu regreso y poder leer tus hermosísimas letras.
Un beso
impecable como siempre
¿es que no hay libro con tus poemas?
o me lo pierdo yo
...,Sarco..
Gracias Carmela. Un beso enorme!
no, no pierdes nada, Garriga...todo está en el blog. Abrazo.
¿Por qué un poema sin título si te sobran las palabras para explicarte?
Bueno, será que saldría algo contradictorio, ir a tientas al punto exacto.
;-)
Bicos, Vera.
Creo que en realidad fue falta de imaginación: no se me ocurría que título ponerle!! Pero ahora que lo dices... jajaja...Bicos, Blue
Que bueno leerte de nuevo Vera, siento que vamos a tientas, no existen las certezas por eso el amor es un animal entorno a su hambre indigente. El final magnífico, siempre busco el fulgor de la ceguera y creo que me gusta la poesía porque me salva, a pesar de la ceguera.
Besos querida amiga.
Me has hecho pensar, querida María, que la vida a tientas se corresponde mejor con la (in)definición de vida. Si renunciamos a lo adquirido nos encontraremos a ciegas, y ahí el fulgor es el vértigo, nuestro pie balanceándose en el aire, tembloroso de miedo y a la vez de irreflenable voluntad....Me alegra encontrarte. Bico grande!
Hay dos versos fundamentales:
cuánto hay de ala en el vuelo
cuánto de viento
"así el amor
animal lamiéndose su hambre
mano apretada en torno a su indigencia
el silencio en la diáspora de ser nombrado
cuánto hay de ala en el vuelo
cuánto de viento"
amor animal hambre mano indigencia diaspora ser silencio ala vuelo viento y todos este nombrar en rotación, giros de tu alma hermosa Vera alimento para hiedras salvajes
"vivir y amar esos gestos acontecer innombrable" dice alba coincido pero si tuviera que ponerle un título a tu poema le pondría "Acontece" porque en sus rodeos en tu vivir y amar tu poema te nombra.
Abrazote
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