Al amarte
Todo se hace extraño
Los días
Los cielos
Los pasos
Mis huellas
Los ojos de los perros que me miran
Las voces implacables del asfalto
La serena caída de la lluvia
La rosacea cadencia del atardecer
Mi cuerpo
es extraño
Esta tormenta de sensaciones
es extraña
Todo se extraña
en esta lujuria
de quererte
y no tenerte
De hablarte
y no decirte
De dejar pasar los días
en tu ausencia
Sólo tu presencia
pondrá las cosas
en el lugar correspondiente
Llenará los vacíos
que hay en cada hueco
Restaurará en el silencio
la magia de los nombres
Devolverá a los perros
la voz de su ladrido
Y ninguna de mis huellas
será inmerecida
Ya no será en vano la espera
Ya no inquietará mi mano la muerte
Y juntos tomaremos el pulso de los vientos
Las olas
Las infatigables olas
Las olas
condenadas a la galera de lo efímero
Las olas
amarradas a sus remos
Olas
de aire y de espuma
Olas
de inquieta belleza
Olas
tan diferentes las unas de las otras
Cientos
miles
infinitas
olas
Así es este amor
Cambiante
embravecido
y en constante devenir
Pero siempre el mismo amor
Como siempre el mismo mar
7 comentarios:
Me encanta Vera.Para mí y creo que ya lo hemos hablado, el mar, que me apasiona, es el simbolo perfecto del amor, del amante y de la amante, de las pasiones, los deseos, la misma vida.
Me encantan tus poemas.
Un beso marinero
Es precioso, Vera. Cala...
en esencia, el mismo...
me gustan mucho tus poemas,vera
besos*
el mismo amor,el mismo mar... eso me suena...
hermoso Vera de principio a fin, besos.
Carmela, los que sentimos esa cercanía con el mar somos afortunados. Y sí que me parece que el mar encarna todas las pasiones humanas. Bicos!!
Maia, eso que dices me ha hecho pensar en poemas que calan como la lluvia. Bonita sensación. Beso
Rayuela, en cierto modo es como en estos versos de Juan Ramón Jimenez: "eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo". Lo bueno del mar es que nunca se estanca. Besos
Graciñas Lai. La verdad es que el poema fue surgiendo cambiante. Quizás por eso derivó en el mar.
Biquiños
Vuelvo a preguntarme si somos nosotros o son los demás, pero todo se torna extraño alrededor, eso pasa.
Supongo que los demás siempre son extraños, pero nos pasamos el tiempo tendiendo puentes. Cuando nos enamoramos parece que los puentes únicamente se orientan hacia una persona, por eso el abismo con los demás se hace evidente...Besos
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