De fuera a dentro nos devora la piel
¿En qué mares interiores
afloja su mordedura?
¿Existe un oído
sordo a su llamado?
¿Un éxodo
del que no nos regrese la caricia?
“en un universo infinito
el centro está en todas partes,
el borde, en ninguna”*
el borde, en ninguna”*
*versión de las palabras de Max Delius en El Descubrimiento del cielo de Harry Mulisch
16 comentarios:
"(..) me trabajabas
por restringir lo alrededor del cuerpo
a la hermosura exacta de la falta."
(María Negroni)
Besazos, querida.
Qué hermosura de versos, Alba. Gracias por traerlos. Bicos rula...
¿Existe un éxodo del que no nos regrese la caricia? Vives en estado de sensibilidad, Vera. Eso es difícil, pero algunos creemos que sólo los que lo hacen están vivos.
Yo rezaría para que nunca afloje mordedura... Un abrazo.
No sé, Anónimo. A veces me siento un poco rígida, como una piedra, pero tengo la suerte de que algo a mi alrededor ablande mi mirada...Ha de ser esta tierra gallega tan proclive a os feitizos...bicos
Cada fibra un eco de su voz, Darío...Abrazo.
Vai ser a terra, sí.
Haberá que procurarse un anaquiño de Galicia, sempre, ainda cando nos sintamos pechados a todo, Anónimo...
El oído no es sordo. Es la ceguera la que se ama muda.
Beso Vera.
el centro del infinito está en todas partes el borde en ninguna, sigue la coninuidad del ser, la extensión de la piel y la caricia. Así me acaricia tu poesía.
besicos
roer roer roer roer....
Cuántas imágenes para cientos de versos, Vera.
Entonces... ese abrazo nuestro :)
somos preguntas sin respuestas...
vera, besos
L.
Vera,
Hermoso e interesante poema, inmediatamente, pensé en los límites del ser.
Estaré un poco ausente, estoy viajando a mi país. Tardaré pero seguiré leyéndote.
Un beso
un éxodo desde el que no nos regrese la caricia?
maravilloso verso que, en sí mismo, una poética, un grito, una escucha, un ánfora abierta bajo el cielo...
creo que la caricia y el cariño lo regresan todo, desfondan hasta la última intemperie, y que ahí podemos encontrarnos y reconocernos...
maravilloso poema, un abrazo!
Vera, ya leerte son esos rituales para alimentar la visión poética, para acunar el útero de todas las mujeres al mismo nacimiento de la poesía.
Las últimas líneas han profanado el agua, me dolieron con esa perfección necesaria.
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