Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


miércoles, 14 de septiembre de 2011

HUMANIDAD

Imagen: Daria Endresen



A veces a tu cuerpo
le duelen todas las heridas del mundo
Dura sólo un instante
hasta el carozo
y luego escupes contra el otro sus pepitas


15 comentarios:

Aka dijo...

Y al escupir las pepitas contra el otro nos generamos heridas, esta vez propias, y el dolor ajeno muta en propio. Que entrada más dolorosa Vera, un título de lo más apropiado.

Besos

Darío dijo...

Por suerte dura un instante.

vera eikon dijo...

Está claro que escupir las pepitas contra el otro es insano, Aka, pero así somos...Qué raro escribir cosas como esta cuando una se siente feliz ¿verdad?. Un beso enorme

vera eikon dijo...

Estos días(quizás en consonancia a las entradas que leo en algunos blogs), pienso mucho en el instante y en su perdurabilidad. En que en realidad es el hombre el que se proyecta en el tiempo, el que inventa nociones de transcendencia para olvidar lo efímero de la existencia. ¿Por qué tendemos a confundir duración con valor? ¿No sería, acaso, más una cuestión de intensidad que de tiempo? En cuanto al dolor existe una cierta tendencia(bastante masoquista) a regodearse en él, a enfangarse de él hasta el cuello. La tristeza tiene mucho que ver con la afectación.Pero bueno, creo que tampoco tiene mucho que ver con el poema...La verdad es que sí, mejor que dure sólo un instante.

Aka dijo...

Los textos relacionados con temas tristes siempre tiene cabida Vera, incluso cuando nos sentimos felices. Tener conciencia del dolor y la tristeza nos permite por un lado mantenernos alertas y por otro disfrutar de nuestra felicidad por contraste igual que los colores se requieren los unos a los otros. Además lo que importa es lo que vives, no lo que se escribe.

El hombre de Alabama dijo...

El peor segundo del Universo.

çç dijo...

Nos empeñamos en hacer duraderas las buenas sensaciones pero lo mejor es dejar que el tiempo elija su camino, y nosotros hagamos de la confraternización el mejor zumo, no se porqué, pero ultimamente me encantan tus poemas y además; encajan hermosos comentarios también, saludos maga, durante un tiempo me quedaré sin ordenador alguno.

vera eikon dijo...

Es verdad, Aka, lo importante es lo vivido. En el poema o el relato se encierra una vida que no existe, vida concebida, al fin y al cabo, pero no la vida propia. Por eso quizás el dolor puede ser bello cuando se lo retrata en un poema, o en una película, porque es un dolor concebido, y no un dolor real. Creo que en nuestro día a día nos resultaría difícil encontrar belleza en aquello que nos duele. Bico

vera eikon dijo...

Es cierto, Alabama. Beso

vera eikon dijo...

No sé, hermanito, pero últimamente estoy explorando nuevas rutas, nuevos senderos, en el poema. Y me aquieto más en la palabra. Los comentarios siempre son estimulantes, y me ayudan pues en mi caso me resulta difícil tomar distancia de lo que escribo. Y es cierto, nos ofuscamos en prorrogar el instante(y no sólo los dichosos, sino también los que duelen), y a veces eso impide que la vida fluya con naturalidad. Aunque no estés tan conectado, no pierdas el contacto ¿vale?. Beso para ti y para la mujer de los ojos como piélagos.

el maquinista ciego dijo...

...me encanta cuando escribes larga y tendida sobre el poema o el relato, dando vueltas y describiendo todo lo que ves desde cada perspectiva, adentrándote en cada profundidad de campo, pero adoro también tu capacidad de decir en cinco versos tanto como otros en un ensayo de cien páginas...

...y adoro los 'a veces', porque 'a veces, todo lo que sientes se reduce a querer desaparecer, o convertirte en monstruo destructor (...) a veces, algo machaca insistentemente mi corazón'...

(y no sé por qué, pero cuando estoy muy contenta, me encanta escuchar música triste y me salen los poemas más terribles...es curioso, quizás será que el corazón adora el desapego por la realidad, y se busca en esas distancias.....)

Muchos besos para ti también (y rayos de luz desde la distancia de estos piélagos -y descuide, que su hermanito habla y habla de desconecte, pero es un autómata, y acaba siempre con usted conectado, está en su mecanismo de caracola, no lo puede evitar ;))

vera eikon dijo...

Me encanta el poder ponerle mentalmente voz a estas palabras. Porque ahora ya conozco el rostro de la que habla detrás de ellas. Conozco la sonrisa, y me he sumergido en la profundidad de su mirada. Y sinceramente, me cuesta decir mucho con poco, pero lo estoy intentando. Porque ahora que lo pienso, el poema de arriba y este iban a conformar un mismo poema(el de arriba sería el inicial, pero todavía eran cuatro trazos, ni siquiera un esbozo), pero de pronto se desgajaron. Me gusta eso que comentas de los a veces, porque sí "algo machaca insistentemente mi corazón", y quizás al hablarlo, al ponerle palabras, podemos aislarlo, y pierde parte de su fuerza. Afortunadamente, las cosas que escribimos no tienen porque responder a nuestro estado de ánimo, y nuestra imaginación tiene mucho que decir cuando escribimos un poema. La verdad es que no suelo tomarme muy en serio(esto lo digo con cariño, por supuesto), cuando mi hermanito me habla de desconecte, porque esas disciplinas que se autoimpone las cambia según le place. Y ahora tengo la ventaja de que el Maquinista siempre puede ponerme al día.Besos deslumbrados por esa luz reflejándose en el mar...

el maquinista ciego dijo...

Totalmente de acuerdo en lo de poder ponerle yo también voz, sonrisa y, sobre todo, brillo en la mirada (que tiene usted, y mucho, como no podía ser de otra manera)
Sinceramente, (y aquí me aventuro a conjeturar…) ¿no será que te cuesta mucho decir con poco, porque si tragas alguna de esas infinitas palabras que te crecen te sientes mutilada…?.....digo yo…quizás……
Me encanta cuando los poemas se desgajan, a mí me pasa a veces, pero creo que es simplemente porque ellos mismos así lo deciden. En ocasiones es como cuando sacas una foto que parece perfecta, con todos sus elementos en armonía colocados, y de repente descubres que no, que lo bueno es ese detalle pequeñito que se esconde en un rincón, ése que nadie ve cuando la mira, y tienes que recortarlo y dejarlo salir de allí…
Los ‘a veces’ me suceden todo el rato, y hubo un tiempo en que algo machacaba insistentemente mi corazón de moldava (de hecho, a veces, todavía sucede…y ataca en cualquier momento, y si no se aisla, acaba por, del todo, triturarnos…) Reconozco que justo ese verso sí respondía a un estado del ánima, y duró demasiado tiempo, todo un ‘duelo del moldavo’, pero en general los poemas más tristes y tortuosos me crecen de la nada (o de esa parte de mí que tengo bajo llave en esa habitación que procuro no visitar, por si me quedo encerrada…..)
No dudo un segundo de su cariño por su hermanito, ni mucho menos (visto lo visto con el desconecte, jeje) de esas autoimpuestas disciplinas que no tiene intención de querer cumplir ;))
Maquinista le envía un parpadeo de besos hecho de esa luz que ve usted en el mar…

Anónimo dijo...

grande. Besos

El Poeta Maldito dijo...

A veces es delicioso.

Muy bueno.