Por mucho que la cerque, la
oscuridad es impotente ante la llama temblorosa de una vela. Su fragilidad es
el tajo. Al principio apenas la esquirla. Pero suavemente ablanda esa negrura
que parecía infranqueable y metálica. Va separando cada una de sus capas, con
la delicadeza de los dedos separando los labios del sexo que anhelan. La
densidad es menor, y los objetos redibujan sus formas con mano imprecisa. La
oscuridad se violenta y pugna. Enardece contra la llama a su ejército de
cuervos enlutados. La llama tiembla y resiste. Déjame creer que todo temblor es
resistencia. Así, a temblores, resiste la brizna de hierba abriéndose paso bajo
la tierra, aunque sea inevitable que perezca quemada bajo la helada del exterior.
Asimismo la llama jamás se aquieta, sino que se apura hasta consumirse. Y en
ese lapso la oscuridad permanece impotente. Porque la oscuridad no es soplo o saliva
sobre la yema de unos dedos. Tampoco es la concavidad de una mano privándola de
oxígeno. La oscuridad no es accidente. El suyo es el gesto sencillo de la
mariposa agitando sus alas en torno a la bombilla. Atraída ferozmente por su
luminosidad. Espantada por la marca que queda sobre los ojos cuando se mira mucho
tiempo al sol.
Ahora entiendo la blancura de tu
cuerpo: en él se recoge la luz cuando es de noche.
Y tu cuerpo es más cuerpo. Así
como es más nieve la nieve adherida a la negra montaña.
el árbol
en cuyas ramas queda prendida
la luz
como gotitas de una lluvia
anterior
hasta que el viento sopla
y las libera
así tiemblan al amanecer
los cuerpos de los hombres
5 comentarios:
Déjame creer que todo temblor es resistencia
Qué maravilla Vera, qué maravilla
Excelentes las imágenes poéticas, tanto la de la llama y su entrega como la del temblor del hombre en la suya.
Besos.
Hermoso, Vera. Yo me quedo con: la llama jamás se aquieta, sino que se apura hasta consumirse.
Besos
Una forma de hacer la guerra sin daños colaterales, los bombazos del goce... UN abrazo.
Creé, Vera. Porque este texto tiembla. Está temblando. Ahora. Ahora. Ahora. Tiembla.
ME gusta particularmente el juego prosa verso (sabés que para mí es un ejercicio siempre al borde).
Besos.
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