Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


miércoles, 9 de septiembre de 2015

ESCUCHAS II



El sonido de los grillos es cosa de las noches de la infancia, porque en realidad creo que jamás volvemos a escuchar a otros grillos, sino que los que hoy cantan rozando sus patitas, la una contra la otra, son los mismos grillos de cuando éramos niños.  Esto sucede a menudo con la escucha. Ciertas voces como la de la lluvia contra el cristal, o el rumor de la caracola sobre la que colocamos la oreja, suceden siempre enla niñez. Son como esas estrellas que contemplamos en el cielo pero que quizás ya no existen. Una luz que viaja desde atravesando el pasado hasta nuestro asombro. Ha de ser que el asombro no madura, que jamás se hace adulto. El asombro o es niño, o no es.

1 comentario:

Carmela dijo...

El asombro, esa cualidad innata en los niños y que nos define y determina para siempre. Creo que es una de las cualidades más hermosas que tenemos y una de las más difíciles de mantener con el paso del tiempo.
Un abrazo, Vera!!