Pienso “la luz cae sobre las cosas”, pero enseguida
rectifico. No es que la luz caiga, sino que hoy “la luz se arroja sobre las
cosas”. Y esa clarividencia, ese vértigo que la luz trasplanta con delicada
mano (la luz siempre es delicada, mimosa, tierna… incluso en el haz que nos
ciega)de su pecho a nuestro pecho, es el milagro que mensura el instante. El
instante…esa arritmia en las manecillas del reloj.
2 comentarios:
Quizá las cosas en esa luz dejen de ser cosas y se transforman en ella, o son ella, la luz sin tiempo que abraza y acaricia.
Muy hermoso, gracias
m.
Ese momento ilícito e inexplicable.
Saludos
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